Estrellas en la tierra
Levanté la vista y busqué en la oscuridad algo de luz. Una estrella, la luna tal vez... Pero solo me adentré en la negra y algo azulada noche que se cernía sobre mi cabeza.
Observé con interés cada uno de los bultos que me recordaban que aquel cielo no era una superficie plana, tratando de diferenciar unas nubes de otras . Encontré un borde de un índigo oscuro, casi negro, que se diferenciaba un poco de la inmensidad que era aquel cuadro nocturno. Ahí terminaba aquel manto esponjoso que escondía el reflejo de la luz del sol que nos regalaba la luna de otoño.
Mi mirada perdida se encontraba con diminutos puntitos que daba por sentado que eran estrellas. Me topé con tres de estás, creía que eran cuatro pero en cuanto una se empezó a mover y a parpadear la aparente estrella desapareció de mi lista.
Aquella estrella debía ser un avión me dijo una voz en mi cabeza, a lo que respondí bajando la cabeza para dejar de indagar en aquel manto que no dejaba de ser frío. Sin la luz de la luna acompañándome la soledad se me hacía más pesada de lo habitual.
Tenía la sensación de tener frente a mí las vistas más hermosas que ningún hombre había visto jamás. La belleza del paisaje residía en la falta de humanidad. No es que hubiese nada impresionante... pero un simple árbol, la hierba y la tierra fría que podía sentir incluso a través de mis zapatos me hacían sentir libre y pequeño... Rodeado por la inmensidad del universo. Y también me hacía sentirme sólo, muy sólo.
Había decidido que si tenía que convivir con la soledad disfrutaría de ésta.
Me quité el calzado y me tumbé en la fría vegetación, que era mecida con suavidad por la agradable brisa de otoño.
La tierra estaba tan fría como me había parecido, casi húmeda, por suerte durante la última semana no había caido ni una sola gota.
Cerré los ojos para gozar de aquella inmensidad en toda su plenitud. Dejé que el viento se llevara cada uno de mis pensamientos con cada sacudida y comencé a advertir cosas que un segundo antes no percibía.
La caricia de cada brizna, la suavidad con la que flotaba sobre la tierra, el aroma que acompañaba al aire puro que limpiaba mis pulmones con cada ventilación...
Era una sensación agradable.
Kuro @ikerlabi_98
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